domingo, 13 de febrero de 2011

Puerto del Pico y Grutas del Águila

Esta semana, después de cambiar varias veces de plan, nos decidimos a ir al Puerto del Pico, un lugar que me trae muchos recuerdos de mi infancia. Unos minutos antes, en una gran campa verde, solíamos encontrarnos con nuestros primos "los de Toledo" un par de veces al año. Un lugar en medio de la naturaleza, con una venta (Venta la Rasca) para comer y un río con un pequeño puente con muchas posibilidades para un niño.
Aquí podéis encontrar una información curiosa sobre las ventas que existían hace tiempo y el juego de sus nombres.
No ha sido un día precisamente primaveral, al menos, a este lado del puerto, pues comimos justo "en el puente de las posibilidades" bastante abrigados porque el aire que venía era bastante frío.

Después de hacer algunas fotos y tomar unas bebidas calientes en la Venta, nos dirigimos a lo Alto del Puerto del Pico y disfrutar de una "profundidad de campo"

a la que estamos poco acostumbrados. Seguimos haciendo fotos, saltando como "cabras" (alguna de las cabras, se cayó...) y paseando sobre la famosa Calzada Romana.
Nuestro amigo Juan David disfrutó como niño con zapatos nuevos tocando, pisando y jugando con toda la nieve que se iba encontrando. Le tomo tanto cariño que creó a Wilson. El final lo tendréis que descubrir en el álbum fotográfico que os dejo en el menú de la derecha.


Hacia las 15,30 nos dirigimos a Ramacastañas, un término al lado de Arenas de San Pedro, donde se pueden visitar unas grutas realmente increibles, Las Grutas del Águila, que fueron descubiertas por casualidad (como casi todo en este tipo de casos), en 1963 por un grupo de chavales que jugaban en la zona.
En una caverna de 10.000 metros cúbicos con formaciones de 150 millones de años, puedes encontrar decoraciones y formas de todo tipo si tienes un poco de imaginación ;)

Tras otro pequeño picnic, esta vez al sol, y un intento de siesta, volvimos a Salamanca pasando por Ávila donde nos hicimos la foto de rigor en "Los cuatro postes".

¡Hasta la próxima!

sábado, 5 de febrero de 2011

Montemayor del Río y Granadilla

Después de la cuesta de enero, volvemos a encontrarnos en el primer fin de semana primaveral en pleno invierno (todo gracias al "pedazo de anticiclón" que domina la Península). Para celebrarlo, un par de coches de CS nos hemos acercado al límite de la provincia entre Salamanca y Cáceres para visitar dos pueblos: los dos con sendos castillos aunque muy diferentes por otras razones.
Montemayor del Río es un pueblo que se encuentra en una pequeña colina que a su vez se encuentra en un vado rodeado de montes. Para entendernos... si hubiera una inundación, el pueblo se convertiría en una isla en medio de un lago rodeado de montañas. Es famoso su puente de un solo arco y es curiosa la estampa que se observa al reflejarse en el río: lo llaman "El ojo". Observa tú mismo...

Al llegar a la plaza del pueblo nos encontramos con la fiesta de Las Aguedas. Allí alguno de nosotros se "echó un baile" con alguna de las mujeres del lugar... (Si queréis evidencias visitad la galería completa de fotos haciendo clic en el menú de la derecha).
Después nos dirigimos al castillo, muy cuco por cierto, que acaban de restaurar y que se puede visitar los fines de semana por 3 euros (la visita siempre es guiada).
Montemayor es un pueblo pequeño que vive de la cestería, un trabajo artesanal, cuya materia prima la consigue del poblado bosque de castaños que rodea la localidad. Parece ser que necesitan mano de obra y que han encontrado un equilibrio en su relación con la naturaleza. Por eso presumen de mantener una economía sostenible. Si alguien está interesado en conocer más de este lugar haz clic aquí.

Por otro lado, Granadilla es un pueblo, mejor dicho, era un pueblo, muy cerca (tal vez demasiado cerca) del embalse de Gabriel y Galán, dominado por un pequeño castillo desde el que se pueden disfrutar de unas fantásticas vistas del embalse y los campos circundantes.
Durante las décadas de los 50 y 60, las expropiaciones y la subida del nivel del pantano provocaron la partida, evacuación y/o abandono de numerosas familias del pueblo al cual era cada vez más difícil acceder por la inundación de las carreteras, a través de las cuales allí se llegaba. En la actualidad, gracias a una serie de programas escolares y universitarios, entre febrero y octubre, van rehabilitando calles, plazas, casas...
Si queréis saber algo más podéis leer información aquí. También podéis visitar la galería de fotos del menú de la derecha, (allí encontraréis una foto con los horarios de apertura)
Si tenéis un día libre durante el fin de semana, os recomiendo acercaros a este lugar.

¡Hasta pronto!